Una persona especial

Cada día se viste de sonrisas, se maquilla de dicha y sigue así su andar; cada día se viste de ser fuerte, solo en contadas veces la he visto llorar.

Cada día se viste de esperanza y ve crecer sus frutos con un orgullo tal; y profesa que sí valió la pena, olvidarse de ella para echarlos andar.

Sus sonrisas le alimentan el alma y al escuchar “te quiero” se ha dado cuenta que… no hay tesoro mas valioso en el mundo que tenerlos a ellos y observarlos creer.

Todavía no cura las heridas de aquellos que en un tiempo le prometían amor. Todavía le quedan las secuelas y con un llanto amargo llora en su habitación.

Mientras tanto pretendo no saberlo y ruego que su llanto un día borre el dolor, y aunque el tiempo no cure sus heridas, el amor de sus hijos le atenúa el dolor.

Pocas veces valorarla he sabido, pero por la presente quiero hacerle saber, que sin ella yo no hubiese podido, que todo lo que tengo por y para ella es.

No hay palabras que expliquen lo que siento, y ni con mil “te quiero” podré hacerle saber: que es usted lo que he mas he querido, que siempre la respeto, que gran MADRE es usted.