En silencio...
Cerré los ojos y trate con inutilidad contener mis lágrimas. Despacio sollocé, y mordí la sabana para liberar la presión del pecho. El se despertó y se percato de mi llanto. No dijo nada. Me abrazo y en ese momento me sentí tan egoísta, tan inconforme, tan imprudente, tan sucia que rompí en llanto en el pecho de mi marido. No me hizo preguntas, solo me abrazo y seco mis lágrimas.
Me beso lentamente, con esa paciencia que lo caracteriza. Lo único que alcanzo a decirme fue “todo va a estar bien”. Con suavidad deslizo sus manos hasta mis pechos, sus manos tibias en contraste con mi cuerpo helado, calmaron mi llanto. Acaricio mis senos y poco a poco de deshizo de mi bata.
Ahí estábamos; en total oscuridad, nuestros cuerpos desnudos debajo de las sabanas. Yo todavía sollozaba. No quería hablar, eso es algo que mi marido puede intuir en mí. Y así en total silencio me hizo suya, como así queriendo calmar mi dolor.
Siguió besándome y yo hice lo mismo; era una sensación extraña. Era la primera vez que estaba con mi marido después de lo que había pasado en las vacaciones. Sentí tanto dolor al verlo así. Tan comprensivo, tan amable, con esos ojos tristes que como siempre tratan de complacerme.
Su boca recorrió mi cuerpo, y sus manos dócilmente acariciaron mi piel. Mi mente abandono mi cuerpo, y me deje llevar por el. El instinto tomo riendas de mis tareas como esposa y sus ganas y su amor fueron suficientes para los dos en ese momento.
No pensé en placer, ni en disfrute como en otras ocasiones cuando hacíamos el amor. Solo allí tendida en mi cama, como inconsciente; me deje llevar por mi marido. El siguió besando mi cuello, mis pechos, mi sexo, y yo ajena a todo solo escuchaba su respiración.
Su miembro erecto y ya húmedo me advertía de los siguientes pasos. Pero el se contuvo. Se sentó en la cama y me llevo hasta el. Y ahí estábamos sentados frente a frente desnudos, mi cuerpo era de el… mi mente ausente.
Me levanto suavemente y poco a poco fue penetrándome en esa posición. Sentí su calor mientras se deslizaba dentro de mí. Estamos frente a frente, sentados, ahora éramos uno. Sus manos trazaban el ritmo de mis caderas, yo abrazada a el…sentí dolor, ansias, pena, culpa…
Nuestros cuerpos entraron en una especie de transé y se encargaron del resto solos. Nos deslizamos en la cama hasta llegar a una posición horizontal, si separarnos uno del otro. Nos besamos y luego encima de el me acosté en su pecho, me levante suavemente hasta estar sentada encima de el y lentamente trazaba círculos con mi cintura, y lo miraba a los ojos, mientras mis manos se apoyaban en su pecho. Fue tan delicado, tan absorbente, tan compenetrarte… y así con el amor oprimido un buen rato explotamos al unísono dejando nuestros cuerpos exhaustos.
Me abrazo y susurro a mi oído “te amo”. Fingí dormir…
Me levante después que note su respiración profunda, recogí mi bata del suelo, abrí la puerta del cuarto y me dirigí al balcón. Aprecie la noche, las luces de la ciudad borrosas ante mis ojos llenos de lagrimas.
Maldije mi inconformidad. Tenía un hombre que me amaba, una carrera exitosa, seguridad financiera, unos padres, que aunque estrictos, excelentes, un hogar impresionante, tenía juventud, belleza, salud…pero nada contiene mi tan inexplicable tristeza, esta amargura que me desgarra el alma y poco a poco destruye aquellos a mí alrededor. No se que me falta, si me preguntaras que deseo, no sabria que pedir...Lo unico que se es que estoy hueca y no se que diablos llenara este imenzo vacio.
Me beso lentamente, con esa paciencia que lo caracteriza. Lo único que alcanzo a decirme fue “todo va a estar bien”. Con suavidad deslizo sus manos hasta mis pechos, sus manos tibias en contraste con mi cuerpo helado, calmaron mi llanto. Acaricio mis senos y poco a poco de deshizo de mi bata.
Ahí estábamos; en total oscuridad, nuestros cuerpos desnudos debajo de las sabanas. Yo todavía sollozaba. No quería hablar, eso es algo que mi marido puede intuir en mí. Y así en total silencio me hizo suya, como así queriendo calmar mi dolor.
Siguió besándome y yo hice lo mismo; era una sensación extraña. Era la primera vez que estaba con mi marido después de lo que había pasado en las vacaciones. Sentí tanto dolor al verlo así. Tan comprensivo, tan amable, con esos ojos tristes que como siempre tratan de complacerme.
Su boca recorrió mi cuerpo, y sus manos dócilmente acariciaron mi piel. Mi mente abandono mi cuerpo, y me deje llevar por el. El instinto tomo riendas de mis tareas como esposa y sus ganas y su amor fueron suficientes para los dos en ese momento.
No pensé en placer, ni en disfrute como en otras ocasiones cuando hacíamos el amor. Solo allí tendida en mi cama, como inconsciente; me deje llevar por mi marido. El siguió besando mi cuello, mis pechos, mi sexo, y yo ajena a todo solo escuchaba su respiración.
Su miembro erecto y ya húmedo me advertía de los siguientes pasos. Pero el se contuvo. Se sentó en la cama y me llevo hasta el. Y ahí estábamos sentados frente a frente desnudos, mi cuerpo era de el… mi mente ausente.
Me levanto suavemente y poco a poco fue penetrándome en esa posición. Sentí su calor mientras se deslizaba dentro de mí. Estamos frente a frente, sentados, ahora éramos uno. Sus manos trazaban el ritmo de mis caderas, yo abrazada a el…sentí dolor, ansias, pena, culpa…
Nuestros cuerpos entraron en una especie de transé y se encargaron del resto solos. Nos deslizamos en la cama hasta llegar a una posición horizontal, si separarnos uno del otro. Nos besamos y luego encima de el me acosté en su pecho, me levante suavemente hasta estar sentada encima de el y lentamente trazaba círculos con mi cintura, y lo miraba a los ojos, mientras mis manos se apoyaban en su pecho. Fue tan delicado, tan absorbente, tan compenetrarte… y así con el amor oprimido un buen rato explotamos al unísono dejando nuestros cuerpos exhaustos.
Me abrazo y susurro a mi oído “te amo”. Fingí dormir…
Me levante después que note su respiración profunda, recogí mi bata del suelo, abrí la puerta del cuarto y me dirigí al balcón. Aprecie la noche, las luces de la ciudad borrosas ante mis ojos llenos de lagrimas.
Maldije mi inconformidad. Tenía un hombre que me amaba, una carrera exitosa, seguridad financiera, unos padres, que aunque estrictos, excelentes, un hogar impresionante, tenía juventud, belleza, salud…pero nada contiene mi tan inexplicable tristeza, esta amargura que me desgarra el alma y poco a poco destruye aquellos a mí alrededor. No se que me falta, si me preguntaras que deseo, no sabria que pedir...Lo unico que se es que estoy hueca y no se que diablos llenara este imenzo vacio.
13 Comments:
bueno..que mal que pases por eso....pero lo mejor es comunicar eso que te pasa ..que te duele....
Si me duele...pero no se como solucionarlo. Esto ocurrio ya hace un tiempo cuando regrese de las vacaciones. Pero lamentablemente es recurrente. Hoy es un dia de esos, recorde ese dia y lo postie...
Gracias por visitarme!
Tu situación me ha impactado, me siento identificada contigo en muchas cosas y a las vez no, pero comprendo ese vacio que sientes de tenerlo todo y no tener nada, no se que filosofo dijo que la desgracia del hombre/mujer es no tener lo que su corazón anhela y que la peor desgracía es alcanzar lo que desea.
Por lo que me llega a la mente, cuales son tus sueños? seria bueno que los empiezes a perseguir y por lo que leo tu esposo no es imposible, tuviste un encuentro con otro que era necesario una mujer no debe tener un solo amante, lo otro fue sexo pero lo que viviste esa noche con tu esposo aunque lleno de culpa fue Hermoso.
Creo que tienes todas las herramientas para salir de esa situación.
Solo te daré una advertencia, nunca le digas a tu esposo nada de lo que sucedio aquella noche, ese es un secreto que debes llevar contigo a la tumba, aunque parezca un gran acto de sinceridad el decirselo, el no lo tomará de ese modo... incluso, podria usarlo contra ti en una discusión.
Lo de aquella noche fue solo sexo, lo necesitabas y sucedió, ahora sé adulta y sigue tu vida sin mas restricciones, el que seas de buena familia, tengas estabilidad economica y un esposo que te ame, no significa que no tengas una mujer sedienta y salvaje dentro de ti, que por momentos quiera aflorar, a veces hay que darle un poco de espacio a ese ser inhibido que desea vivir una aventura, descuida... el tiempo cerrara las heridas de remordimiento, pero no te garantizo que la mujer que liberaste aquella noche no regrese por más, solo ten mas tacto la proxima vez.
Chio: ese es el problema, no tengo mas metas. He alcanzado todo lo que he soñado...Quiazas esa sea mi desgracia. No hay porque luchar.
Silencio: Nunca le diria a mi marido. Me duele que siga a mi lado cuando se que no lo amo como el a mi. A veces siento que debo dejarlo libre para que asi pueda rehacer su vida pero a la vez tengo miedo a estar sola
Eso es algo que comparto contigo... somos dos caras de la misma moneda.
Oyeme esto esta totalmente desgarrador!! me he quedado pasmado al leer esto. Quisiera jamas en mi vida pasar por la situacion tuya ni por la de él. Espero que Dios te ayude, que ilumine tu mente y tu camino, y que asi puedas obtener lo que te falta en tu vida.
Mis aprecios.
dibles! :S pero naaaaah
Proponte ser feliz, no es esa la mejor meta? Quizas buscas en los lugares equivocados
Suerte de corazon.
Pobre eposo...
Anonimo....
Es Dios quien me da la fuerza, para levantarme cada dia y no dejar que mis tristesas consuman mi alma. Es con Dios que estoy en deuda por mi malagracdecimiento, pues sabiendo que todo lo tengo, exijo mas de el.
Gracias por tus palabras. Y procurare en esos momentos de desholacion recordar a Dios...
has pensado que ese vacio que sientes en tu vida,,, sea porque no tienes a Dios en tu vida?... porque en todo lo que mencionaste no vi que lo mencionaras a El..
Es la primera vez que paso por aquí, tu caso se parece al de alguien que conosco muy bien. Ojalá no sea imprudente con esto, hay unos retiros para mujeres de la hermandad de los caminantes de EMAUS, te podrían ayudar bastante. Yo hice el de hombres y la experiencia que tuve allí es indescriptible, te podrías encontrar contigo misma y llenar esos vacios que tanto te agobian. No te puedo detallar las cosas que uno experimenta, porque precisamente, lo que pasa allí, allí se queda. Si quieres saber más escribeme un email para darte los detalles pertinentes. Te aseeguro absoluta discreción, puedes contar con eso.
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