Thursday, April 20, 2006

Entre Extraños

Se encontraba aburrida en el cuarto de hotel. En el televisor, historias de una mujer que no sabe quien es el padre de su hijo; las noticias de cómo nos encargamos de acabar con el mundo; otros que no se dieron cuenta que su pareja era un fenómeno no natural; unas que fueron violadas; otro secuestro; mas robos; bombardeos; la crisis económica….ahhh tanta tragedia.
En la mesa de noche algunos panfletos le dan la opción de disfrutar tan exorbitante ciudad. Se viste de colores oscuros, para así entonar con la tarde que se vestía de gris, se dirige a la puerta. Su perfume se desvanece en el pasillo. Y mientras espera que cese la lluvia toma un café en lobby del hotel.
Se le acerca un entraño – “Hola, como estas?”
-“bien y usted”
- “también, admirando la tristeza de la tarde, y la belleza de sus ojos”
-se sonrojo. “Gracias por el halago”
- “No miento”
Y entre conversaciones de Cohelo, Márquez y Francisco Paz se les fue la lluvia y se les multiplicaron los cafés. Se despidió de tan adulante caballero y regreso a su cuarto.
Al día siguiente recibió su invitación a cenar, y con gusto acepto. Había pasado una tarde muy amena y además no había nada mejor en que invertir su tiempo.
El era escritor, y contaba las historias de sus tan emocionantes viajes. Ella escuchaba atenta, sintiendo pena por esa vida tan insípida que se había dedicado a formar. Entre vinos, risas, historias, llego la pregunta a la que ella le había huido toda la noche:
- “Basta de hablar de mi” dijo el. ¿Y tu vida, cuéntame? ¿Hijos, Marido? ¿Que te trae acá?
Se quedo en silencio, miro a su alrededor. Se limito a decir – NO. Solo estoy aquí por trabajo.

La noche tomo vida propia. Las luces a medias, la vela en la mesa, el brillo en sus ojos, el exceso de alcohol, la libertad, la ciudad extraña, las ganas. Ambos conocían a la perfección el final de la historia, aunque disimularan.

Habían tomado más que suficiente. Adrede claro esta, porque como siempre se necesita un pretexto, una excusa perfecta, para que dos extraños, atraídos por el físico, por la lujuria, incitados por la soledad, y el libre albedrío, dejaran sus cuerpos a merced del placer.

Pagaron la cuenta, pidieron el taxi, y se fueron al hotel. En el elevador, el se acerco, ella simulo ingenuidad y se dejo llevar de esa lengua que atrevidamente se enlazaba a la de ella, para después recorrer su cuello, y penetrar su oído….
Cont.

3 Comments:

Blogger Yde said...

"Ambos conocían a la perfección el final de la historia, aunque disimularan.
Habían tomado más que suficiente. Adrede claro esta, porque como siempre se necesita un pretexto, una excusa perfecta, para que dos extraños, atraídos por el físico, por la lujuria, incitados por la soledad, y el libre albedrío, dejaran sus cuerpos a merced del placer"

demasiado cierto eso, siempre se busca un pretexto, el alcohol es el mas comun, por que? todavia no nos liberamos de ciertos prejuicios, total creo que es algo innecesario.

7:18 AM  
Blogger GUAGUAU said...

ZNO HAY NINGUN PRETEXTO ES EL MAS TEMIBLE DE TODOS.................................. DESEO

8:53 AM  
Blogger Chio said...

Como dejas el cuento ahi verduga!!!!!!!!!!!!!

Me encanta esta historia, pero te paso????

12:37 PM  

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